TRIBUS Y COLECTIVOS URBANOS EN EL ECUADOR
El fenómeno denominado Tribus Urbanas ha causado progresivo revuelo en esta última década en nuestro país. Las estadísticas señalan que los jóvenes que participan de estos grupos ―en su gran mayoría son menores de dieciocho años, caracterizados como sujetos jóvenes, de procedencia marginal o de clase socioeconómica baja, con escasa o nula educación y que actúan en pandillas que fomentan la violencia y el delito, y tienden a causar mayor daño a sus víctimas.
Frente a este fenómeno, la opinión pública ha mostrado un creciente nivel de preocupación, pero no se cuenta -en este momento- con una batería interpretativa de la problemática que contribuya a caracterizar y entender en profundidad el suscrito fenómeno. En ese sentido, las escasas aproximaciones a este tipo de dinámicas juveniles provienen –generalmente- del discurso dominante que existe en torno a estos microgrupos, vale decir, de las indagaciones policiales o de los medios de comunicación, donde la tendencia es a encapsularlos bajo el rótulo y el estigma de la delincuencia, la drogadicción, la violencia y las bandas juveniles (eje de la desadaptación y la desviación social).
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Comentario
Todos las personas queremos ser parte de un grupo nos sentimos como extraños cuando nos miran solos y apartados lo que causa que aquella persona se sienta mal triste sin sentir que pertenece a algún lugar, este fenómeno más se da en los jóvenes que ya sea por ideología, por amistad o por rebeldía buscan grupos con los cuales se sientan cómodos y queridos, existiendo en la actualidad un sin número de tribus urbanas conocidas por muchos como pandillas juzgadas como lo peor por su extraña manera de vestir o peinarse que no se dan cuenta que esa tal vez sea sus manera de ser feliz o de sentirse bien, tal vez sea esta su manera de expresarse lo que siente por que no allá las palabras para decirlo y lo hace con señas.
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